Apostar por la innovación tecnológica del país resulta una necesidad acuciante

Apostar por la innovación tecnológica del país resulta una necesidad acuciante

23/09/2019 Sin categoría 0

Llevamos más de un lustro creciendo pero los primeros síntomas de ralentización de nuestro
modelo productivo ya han aparecido. Durante estos años de bonanza hemos seguido
construyendo e invirtiendo en locales de hostelería. Deberíamos haber empezado a tomar
medidas de profundidad para ir variando nuestro modelo productivo. La formación, la
obtención de trabajos más calificados, dar los primeros pasos para cambiar el modelo
productivo resultaban claramente necesarios desde los primeros atisbos de recuperación.
Fundamentalmente para no cometer los mismos errores que nos llevaron inexorablemente a
meternos de cabeza (hoz y coz) en la llamada burbuja inmobiliaria.
Hay empresas que teniendo poder oligopólico y grandes beneficios no han puesto medidas
(pese a que les han bajado los impuestos) para generar modelos productivos nuevos,
innovadores, de desarrollo avanzado. El país sigue estancado en los viejos modelos de levantar
edificios.
Durante estos años pasados se hubiese requerido tanto inversión en innovación como
información real y efectiva sobre las ayudas que la administración ha establecido para que las
empresas desarrollen emprendimiento, innovación industrial y mejoras técnicas. Las ayudas
estaban pero la información no llegaba a las potencialmente interesadas. Fundamentalmente
PYMES.
Hay empresas que tienen poder oligopólico con grandes beneficios pero no se han puesto
medidas (lo único ha sido bajar impuestos) para generar modelos productivos nuevos,
innovadores. Seguimos estancados en los viejos modelos de levantar edificios.
Se tiene la sensación que se ha perdido un quinquenio y que se carece de necesaria visión de
política de estado (tampoco hay consenso), para mirar al futuro y saber qué modelo de país
requerimos / necesitamos. Ahora mismo no existe consenso para saber hacia dónde nos
movemos o si nos encontraremos navegando directamente hacía una crisis más grave que la
pasada.
Sacamos pecho con el nivel de exportación alcanzado pero ese crecimiento escasamente se
sustenta en la innovación tecnológica. Hemos crecido al favor de distintos vientos (nos ha
comprado más bien) y además nosotros hemos comprado menos del exterior. Por ello el dato
de la balanza de pagos no es favorable.
Pero la realidad es que entre el 16 y el 19 % de la gente que incluso trabaja no logra salir de la
pobreza pese al crecimiento del país.
Hay que lograr mejores sueldos pero también es imperativo generar puesto de trabajo de valor
añadido suficiente. Puestos que permitan generar riqueza, valor … no puestos de trabajo de
camareros.
El reto de la cualificación, de una formación de altura, del cambio de modelo productivo, de la
apuesta por la innovación industrial, resulta vital para reorientar nuestra tendencia. Tenemos
tantos universitarios como la misma Unión Europea pero la cualificación media es

absolutamente deficiente en los niveles básicos. Estamos realmente lejos de los niveles medios
de la formación profesional europea. Y con estos profesionales difícilmente podemos avanzar.
El futuro, que es incierto para el país y para muchas empresas, no lo es tanto para aquellas
organizaciones (la mayoría industriales) que han sabido evolucionar, innovar o mejorar en los
últimos tiempos. También empresas con visión y responsabilidad de futuro existen en nuestro
entorno. Lástima que no reciban más aliento, apoyo y ayuda desde una administración
(autonómica y nacional) encantada de haberse conocido, miope en su mirada del futuro
industrial y fatuamente engreída al ofrecer datos comparativos.

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